Tuesday, November 10, 2009

Sobre el anonimato

Cuando uno desnuda su alma en internet, no deja de ser una manifestación de un cierto tipo de exhibicionismo...
Cuando uno es consciente de que hay quien, fielmente, a veces bajo el disfraz del anonimato o de la heteronimia está al otro lado de la pantalla, cerca o lejos (qué importan las distancias en la red), no deja de ser una comunión universal de alma, pequeña y frágil, que quiere ser escuchada...
Cuando a uno no le importa ni desnudar su alma, ni el qué dirán, ni qué pensarán... uno empieza a intuir qué será la libertad... Volar extendiendo las alas poderosas de la imaginación, del sentimiento, del poder decir y escribir lo que en cada momento araña o acaricia esa delicada piel interior que llamamos alma... Esa que se equivoca, que acierta, que cae, que se levanta, que quiere acabar, que quiere volver a empezar, que necesita descansar, que está dispuesta a todo, que no quiere hacer nada, que es, en definitiva, lo que somos y lo que no... Pero que nos hace vibrar, y que, como cuerda de guitarra, produce armónicos que resuenan en otros cuerpos, en otras cuerdas, en otras almas que, sin querer, vibran en la misma frecuencia... Misteriosa armonía cósmica absolutamente involuntaria...
Y lo que en la física se explica por pura dinámica de moléculas, movimiento vibratorio involuntario y de puro contagio, en la vida se materializa en la expresión de sentimientos anónimos... ¡Pero armoniosamente recibidos!

2 comments:

Unknown said...

No me canso de leer lo que escribes con tanto sentimiento. Siempre he dicho que ¨quiero ser como tú cuando tenga tu edad...¨ Te hice sonreir, verdad?

Ya es tarde... A dormir será. Sé que al cerrar los ojos recordaré el ayer, que siempre ha estado presente, y despertar a un nuevo día con la esperanza de un mañana no muy lejano.

Raquel said...

Levantarse-sentarse-caer... Ese es nuestro ciclo Y volar más allá de las circunstancias, desasidos del cuerpo que a veces se muestra inútil para acompañar nuestras ansias y en otras es fiel cómplice de nuestros deseos.