Monday, April 26, 2021

La Universidad de Deusto y las Olimpiadas

 


[He publicado esta entrada en la revista digital Alumni Time el 26/04/2021 (Castellano / Euskara)]

Por uno u otro motivo, la celebración de los 32 Juegos Olímpicos de la era moderna desde sus inicios en 1896, ha sufrido importantes pruebas: cancelaciones, suspensiones temporales, boicots, incertidumbre y aplazamiento. Diez olimpiadas en total se han visto afectadas.

Tres cancelaciones como consecuencia de las dos guerras mundiales: En 1916, Berlín; en 1940, Tokio, por renuncia dos años antes, y la ciudad que la relevó, Helsinki, tras la invasión de Finlandia en 1939 por la URSS y, finalmente, en 1944, Londres. Los Juegos de Invierno de Garmisch-Partenkirchen, Alemania (1940) y Cortina d’Ampezzo, Italia (1944) corrieron la misma suerte.

Años más tarde, los de Múnich (1972) y Atlanta (1996) fueron suspendidos por 36 y 24 horas respectivamente, tras dos atentados en las Ciudades Olímpicas.

Durante los años de la Guerra Fría, por motivos políticos, hubo boicots por parte de algunos países que se abstuvieron de participar en las Olimpiadas de: Montreal (1976) – países africanos en contra de Nueva Zelanda por violar el bloqueo a la Sudáfrica del apartheid -; Moscú (1980) – Estados Unidos y sus aliados por la invasión de la URSS de Afganistán –; y Los Ángeles (1984) – previsible respuesta de la URSS al desaire sufrido cuatro años antes.

Fue en 2016 cuando por primera vez un virus, el Zika, tuvo en vilo a los Juegos. Los de Río de Janeiro. La Covid-19 ha obligado a retrasar un año las Olimpiadas de Tokio previstas para 2020.

La Universidad de Deusto implantó el Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en el curso 2014 – 2015 como disciplina académica y científica. Sin embargo, desde su fundación disponía de instalaciones deportivas en las que, desde siempre, se han practicado distintos deportes.

FOTOS: Archivo UD









Este decidido acercamiento al mundo deportivo se ha visto reforzado con la creación del Centro de Estudios Olímpicos:

Ante la coincidencia de todos los principios filosóficos que conforman el espíritu de los Juegos Olímpicos, la Universidad de Deusto y el Comité Olímpico Español han firmado un convenio para la puesta en marcha del nuevo Centro de Estudios Olímpicos. El rector José María Guibert, el presidente del COI Alejandro Blanco y el presidente de la Real Academia Olímpica Española, Conrado Durántez, han suscrito ese acuerdo que tiene como objetivo trabajar conjuntamente en el impulso y enseñanza de esos principios que confirman el Movimiento Olímpico, tema que desarrolla la Academia Olímpica.

Para ello, el Comité Olímpico Español dotará al nuevo Centro, que se ubicará en Deusto, de un fondo bibliográfico sobre la temática olímpica, haciendo donación al mismo de las publicaciones realizadas por el Comité Olímpico Español, así como de los ejemplares que en lo sucesivo se editen. La Biblioteca de Deusto, por su parte, reservará un espacio a este nuevo fondo bibliográfico. Este convenio también contempla la organización, de mutuo acuerdo, de actividades conjuntas de divulgación olímpica, proyectos y estudios varios.

José María Guibert, Alejandro Blanco y Conrado Durántez (Archivo UD)

Según los datos que hemos podido recabar, a lo largo de su historia han sido varios los y las Alumni de la Universidad de Deusto quienes han participado en competiciones internacionales y en los Juegos Olímpicos:

Juegos Paralímpicos
CAMPEONATO DEL MUNDO. ITALIA 2011
Ane Miren Alberdi Urizar, Tiro con Arco. Psicopedagogía Prom. 07

Juegos de Invierno
Calgary, Canadá 1988 (como abanderada), Albert Ville, Francia 1992, Lillehammer, Noruega 1994 (como abanderada) y Nagano, Japón 1998
Ainhoa Ibarra Astelarra, Slalom Súper Gigante. Turismo Prom. 03

Sochi, Rusia 2014
Urko Egea Zabalza, Snowboard. ADE Prom. 05

Juegos Olímpicos
Los Ángeles 1984
García Ortiz, Alfonso, Judo. ADE Prom. 82

Barcelona 1992 y Atlanta 1996
Martínez Arrieta, Cristina, Piragüismo. ADE Prom. 97

Sydnei 2000
Arribas Bailón, Igone, Gimnasia. Secretariado de Dirección Prom. 06

En mi etapa como gimnasta gané varias medallas a nivel nacional y mi sueño era formar parte de la selección nacional. Estaba en seguimiento desde el año 97, pero no me convocaron de forma permanente hasta el 99. Ese año me fui a vivir a Madrid con el resto de compañeras.

En el año 2000 se celebraban los JJOO de Sydney y solo 6 de las 8 componentes del equipo podían participar. Las otras 2 quedarían descartadas unos meses antes. Desde el principio noté gran apoyo por parte de mi entrenadora, que contaba conmigo para las competiciones internacionales previas. Ese año dejamos de estudiar para centrarnos por completo en los entrenamientos (8-10 horas diarias). Las competiciones nos fueron muy bien, consiguiendo medallas en todas ellas. Por lo que llegamos a Sydney con muchas expectativas. Lamentablemente, en el primer ejercicio (aros y cintas) se nos hizo un nudo en una de las cintas, lo que nos dejó no solo fuera del podium, sino también de la final.

Personalmente la experiencia fue agridulce. Participar en unos JJOO, representar a mi país, ver de cerca a grandes deportistas… fue algo increíble. Pero el fallo en la competición, después de años de duro entrenamiento fue un palo muy duro.

En aquel momento no le di tanto valor a participar en unas olimpiadas. Tenía 17 años, era miembro de la selección española, y después de competir internacionalmente para mí era el siguiente paso. Lo veía como algo «normal». Hoy en día soy entrenadora en el club Sakoneta de Leioa, y valoro mucho más lo complicado que es llegar hasta ahí.


Atenas 2004

Luengo Lasa, Maider, Hockey. Humanidades:Empresa Prom. 02

Pekin 2008
Iradier Aguirrezabalaga, Borja, Natación. Máster Formación del Profesorado Prom. 14
Elorriaga Lopez de Letona, Unai, Ciclismo pista. Filología Vasca Prom. 96

Si tú misma o tú mismo lo has sido, o si conocieras otras u otros deportistas olímpicos que hayan estudiado en la Universidad de Deusto, estaríamos encantados de que nos lo comunicaras para completar este pequeño homenaje. Contáctanos en alumni@deusto.es.

Foto encabezado: Bryan Turner en Unsplash
Fotos texto: Archivo UD
Fotos Igone Arribas Bailón: archivo personal




Wednesday, April 21, 2021

Montaña rusa

 

 Foto: Frenjamin Benklin en Unsplash

[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de EiTB el 21/04/2021]

¿Quién no ha subido voluntariamente a una montaña rusa en toda su vida? Sentimientos de pavor y atracción repartidos a partes iguales nos han movido – al menos la primera vez – a introducirnos en un pequeño carrito con barras y arneses de sujeción en el asiento, montado sobre unos rieles que seguirían trayectos diseñados de forma casi imposible y cuyo movimiento violentaría hasta límites insospechados las leyes físicas del tiempo, la gravedad, la velocidad, la energía potencial y la cinética… ¡Y, además, pagando por ello!

Creo que somos muchas las personas que decidimos hace tiempo evitar en lo posible este tipo de experiencia denominada atracción y que se encuentra en ferias ambulantes y parques temáticos varios.

En ocasiones, fuera de esos entornos artificiales, nos encontramos con que nuestra vida, o la de personas cercanas a nosotros, de forma inesperada y repentina, sin comerlo ni beberlo, es llevada en volandas e introducida en un carrito invisible, este sin barras ni arneses de seguridad:

A mi ama (Maite) le operaron de la mano el día 17 de marzo. El 19 empezó con síntomas: fiebre y algo de tos. Pensamos que se había resfriado en la operación (…) Vino a mi casa el día 21 y el 23 dio positivo (Covid-19). Yo di positivo el 24. Mi hijo dio negativo en la primera y positivo en la segunda, el día 1 de abril.  (…) A mi marido, que está en su casa con su hija, le sucedió lo mismo que a mi hijo. Afortunadamente su hija dio negativo (…) Mi ama ingresó en el hospital el día 26. Está en la UCI (…) Mi hermana (…) también dio positivo. Y eso que 18 días antes le habían puesto la vacuna. (Echaniz, 2021).

Lamentablemente, el 17 de abril, de madrugada, tras 22 días en la UCI, entre momentos de esperanza y preocupación, Maite nos dejó.

El marido de la cita soy yo y, tras el positivo del 30 de marzo – ya llevaba confinado desde el 25 -, tuve que ser ingresado con neumonía el 7 de abril. El día 10 pude regresar a casa…

Completamente asintomático en todo momento, salvo dos días en los que tuve unas décimas de fiebre, en 17 días adelgacé 7 kg, había perdido el apetito completamente, sufrí leves alucinaciones, cada vez era menos capaz de hablar con nadie, la saturación de oxígeno en sangre rondaba el 86% el día que me ingresaron… Y todo esto sin percibir ni experimentar en ningún momento ni fiebre, ni tos, ni mocos, ni dolores musculares, ni dificultades respiratorias, ni anosmia, ni ageusia… Lo único que sentía era que me encontraba como si me hubiera pasado un tren por encima.

En menos de un mes, la vida de nuestra familia, cada una de nuestras vidas, ha cambiado completamente en un abrir y cerrar de ojos.

Personalmente, a toro pasado, he podido constatar mi vulnerabilidad y mi fragilidad, la profunda sensación de impotencia para poder hacer nada. La total pérdida de control sobre mí y mi entorno. Experimentar que poco a poco, sin apenas darme cuenta, mi cuerpo se iba apagando lentamente.

Con igual intensidad siento una inmensa gratitud: por poder seguir y estar aquí, por mi hija Maialen, quien a sus 21 años fue enfermera, cocinera, amiga y compañera durante el confinamiento y quien en soledad iba constatando el deterioro. Por mi mujer, Arantza, infatigable e insustituible ángel custodio. Por el equipo sanitario que, con profesionalidad, delicadeza, cariño e inmensa humanidad me atendió en todo momento. Por el apoyo, tanto a mí como a mi familia, de los equipos de familiares y amigos - esa red de seguridad emocional que te hace sentir más que afortunado, multimillonario, por tenerlos. Por el Carisma de la Unidad, que me ha ayudado a recordar en los momentos de lucidez que podía ofrecer lo que estaba viviendo por tantas y tantos, cercanos y lejanos, y que aún enfermo eso es algo que se puede hacer.

Creo haber aprendido algo en este último mes y espero no olvidarlo. Cuando pasa todo, te das cuenta de que en un pispás estás y dejas de estar… Las cosas no siempre salen como queremos o esperamos y hay que asumirlo: es parte de la vida. Sin perder la esperanza, pero siendo realistas. Seguir juntos adelante sin olvidar que todas y todos nos necesitamos recíprocamente.

NOTA: recomiendo la lectura de Los colores son más vívidos. (Echaniz, 2021)

Bibliografía

Echaniz Barrondo, Arantza (2021, 12 de abril) Los colores son más vívidos. Recuperado de: https://blogs.eitb.eus/inteligenciaemocional/2021/04/12/los-colores-son-mas-vividos/

Ventura, Dalia (2019, 22 de diciembre).  La montaña rusa, el aterrador legado que nos dejó Catalina la Grande. BBC News Mundo. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-50842384