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[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de EiTB el 13.02.2023]
Según
el Diccionario de la lengua española, en sus
segunda y tercera acepciones, madurez es el “período de la vida en
que se ha alcanzado la plenitud vital y aún no se ha llegado a la vejez” y el
“buen juicio o prudencia, sensatez”. En el primer significado, “condición o
estado de maduro”, nos redirige a este último concepto, maduro,
ra, al que, en relación con la persona, lo define como el de alguien: “que ha alcanzado un
estado de desarrollo adecuado para su utilización, funcionamiento o empleo”, “que
ha alcanzado la capacidad mental propia de una persona adulta” o “que ha dejado
de ser joven, pero no ha llegado a la vejez”.
Observando
estas definiciones, parecería que la madurez se alcanza con los años, antes de llegar a la vejez y después de ser joven,
cuando la persona se hace adulta, por el puro paso del tiempo. Y esto ocurre, al
parecer, entre los 25 y los 60 años. Por otra parte, desde el punto de vista
biológico, como en la mayoría de las especies, la madurez es un estado que se
alcanza cuando el desarrollo físico y sexual está completo.
Visto
y vivido lo sucedido desde los noventa
con el cambio de milenio y particularmente en estos últimos quince años, de 2008 a 2023, tengo la impresión de que los
conceptos manejados en los párrafos anteriores resultan difusos, laxos y hasta
obsoletos en gran medida. ¿Qué es la “plenitud vital”? ¿Qué es “ser una persona
adulta”? ¿Cuándo llegamos a “la vejez”? ¿Coincide nuestra evolución cerebral y
conductual con las tradicionales fases temporales de niñez, adolescencia,
juventud, madurez y vejez?
Con
relación a los dos primeros periodos, y citando el estudio realizado en la Kansas
State University, Holley Korbey aborda este tema enfatizando la percepción del
alumnado universitario frente a cuestiones como el afrontamiento del conflicto y el manejo del estrés, la ansiedad y la
depresión.
«...cada
vez hay más pruebas de que los problemas de la "edad adulta" y la
salud mental de los universitarios pueden tener su origen, al menos en parte,
en la infancia moderna. Las investigaciones demuestran que los jóvenes carecen de resiliencia emocional e
independencia en comparación con las generaciones anteriores. El problema
ha ido creciendo paralelamente al aumento de las tasas de ansiedad y depresión,
quizá exacerbado por la pandemia de la COVID-19, y ha hecho que las universidades
se esfuercen por ayudar y adaptarse.
“Algunos
padres han estado criando a sus hijos de forma diferente, tienen ese valor del éxito
a toda costa", afirma Dori Hutchinson, directora ejecutiva del Centro de
Rehabilitación Psiquiátrica de la Universidad de Boston. "Me gusta
describirlo como que algunos niños crecen con retraso en su desarrollo, los
jóvenes de 18 años de hoy son como los de 12 de hace una década. Tienen muy
poca tolerancia al conflicto y al malestar, y la COVID acaba de ponerlo en evidencia”»
(Traducido de Korbey, 2022).
En las
franjas temporales siguientes, encontramos a jóvenes de 30 años que no han
abandonado el hogar familiar, y en sus cuarenta a madres y padres —bi o
monoparentales— esperando bebés o criando niños y niñas pequeños.
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Asimismo, son muchas las personas de entre
45 y 55 años que experimentan incertidumbre en o pérdida de sus trabajos y/o
pasan por rupturas sentimentales. Situaciones que les obligan a situarse
nuevamente ante una crisis, la de una segunda
pubertad, que les coloca otra
vez, pero mucho más tarde, en el momento de decidir cómo vivir hasta llegar a
la vejez tras la pérdida de todo, o de gran parte, de lo construido hasta ese
momento. Algunas de ellas reviven literalmente su época de púberes.
«... (no tiene por qué pasarle a todo el
mundo) se les activa un malestar y una inquietud que puede llevar a rupturas de
costumbres, hábitats e incluso lazos familiares y de pareja intentando volver a
encontrar sensaciones perdidas. Pueden recurrir a fantasías de omnipotencia,
idealización y control obsesivo característicos de otras épocas.
Dicho en cristiano, comienzan a vestirse
como jovencitos recién salidos del "insti", asumen conductas
arriesgadas, se vuelven rebeldes, quieren cambiar de vida o simplemente de
físico por lo que se apuntan a la lista de espera de los centros de estética o
al gimnasio exprés» (Serrano-Rosa, 2019).
Llegando a la jubilación (en torno a los
65), hoy en día nadie se siente viejo o vieja —anciana o anciano— todavía.
Las personas adolescentes estadounidenses mencionadas
al principio mostraban retrasos en su maduración por falta de la adquisición de
la resiliencia emocional e independencia en su infancia. Tras el breve
recorrido presentado aquí hasta la jubilación, ¿podemos afirmar sin miedo a
equivocarnos que quienes estamos en las fases siguientes de nuestro desarrollo
vital estamos (o somos) maduros? Además de esas dos capacidades o condiciones
vitales —resiliencia e independencia—, ¿dónde quedan la proactividad, la
empatía, la solidaridad, el pensamiento crítico, la conducta razonable, la aceptación
de críticas y expresión de las nuestras de forma asertiva, la aceptación
responsable de las consecuencias de nuestros actos y decisiones, etc.?
Aceptar sin temor el final de una etapa y el comienzo de otra, y
prepararnos bien para encarar el nuevo
camino que se nos abre, nos ayudará a reflexionar sin prisas sobre las
decisiones a tomar. Nunca es tarde
para comenzar este entrenamiento o para reforzar el que traíamos en nuestro
acervo. Tener más o menos años, no basta para alcanzar la madurez.
Para reflexionar sobre algunos puntos de
este tema, me permito recomendar las entradas de Arantza Echaniz: Sobre la resiliencia y ¡Tropezar no es malo! ¡Y caer no es peor!
Bibliografía
Diccionario de la lengua española.
Madurez. RAE. Recuperado de https://dle.rae.es/madurez
Diccionario de la lengua española. Maduro,
ra. RAE. Recuperado de https://dle.rae.es/maduro
Echaniz Barrondo, Arantza (2023, 6 de
febrero). Sobre la resiliencia. Recuperado de http://echanizbarrondo.blogspot.com/2023/02/sobre-la-resiliencia.html
Echaniz Barrondo, Arantza (2018, 7 de mayo).
¡Tropezar no es malo! ¡Y caer no es peor! Recuperado
de https://echanizbarrondo.blogspot.com/2018/05/tropezar-no-es-malo-y-caer-no-es-peor.html
Enciclopedia Concepto. Madurez. Editorial
Etecé. Recuperado de https://concepto.de/madurez/
Ruiz Mitjana, Laura (2022, 25 de
diciembre). Los adolescentes de 18 años de hoy son como los de 12 años de hace
una década: tienen menos resiliencia emocional e independencia. Bebés y más. Recuperado
de https://www.bebesymas.com/ser-padres/adolescentes-18-anos-hoy-como-12-anos-hace-decada-tienen-resiliencia-emocional-e-independencia
Korbey,
Holly (2022, 20 de diciembre). Young adults are struggling with their mental
health. Is more childhood independence the answer? Recuperado de https://www.kqed.org/mindshift/60624/young-adults-are-struggling-with-their-mental-health-is-more-childhood-independence-the-answer
Serrano-Rosa, Isabel (2019, 26 de diciembre).
Crisis de la mediana edad: volver a la adolescencia a los 50 años. El Mundo.
Recuperado de https://www.elmundo.es/vida-sana/mente/2019/12/26/5e009b76fc6c83c8578b459d.html
[Adaptación publicada en Ciudad Nueva, marzo 2023, pp.36, 37.] CN 202303 De Edad en Edad de
JC Duque Ametxazurra