Friday, December 15, 2023

Señora: yo merezco, porque tú eres mi dama, yo merezco vivir


 [He publicado esta entrevista en la revista digital Deusto Alumni Time el 15.12.2023]

Nos inspiramos en los versos de Mahmud Darwish para titular esta entrevista con Hithem Abdulhaleem Lubbadeh, doctor en Psicología por la Universidad de Deusto.

Solidarizadas/os con tu pueblo, ¿cómo vive esta tragedia —crónica de una espeluznante aberración anunciada— el pueblo palestino lejos de su tierra?

Hablo diariamente con mi familia y con mis amigos palestinos sobre esta situación tan apocalíptica que estamos atravesando como pueblo. Hablamos para compartir información y los pareceres que manejamos, pero también para buscar consuelo, conexión y aliento. En todas las conversaciones se deja entrever un torbellino de emociones, de tristeza, angustia, incertidumbre y rabia. Creo que el sentimiento que más notoriamente resuena es el horror y la indefensión, alimentados por una injusticia sistémica y el silencio ensordecedor de la comunidad internacional.

Las imágenes que nos llegan desde Gaza retratan una de las peores calamidades vividas en las últimas décadas. Más de 20 mil víctimas civiles palestinas, entre ellas más de 10 mil niñas y niños, además de 50 mil personas heridas y mutiladas, pintando todo ello una escena sombría de la magnitud del sufrimiento. Casi dos millones de gazatíes (el 80% de la población total) se vieron obligados a desplazarse y a dirigirse a la zona sur de la franja, en busca de un refugio seguro que no existe, ya que los ataques israelíes se han extendido hasta allí también. Ahora se encuentran hacinados en grandes campos de concentración, sin agua y sin recursos básicos, anunciando una espantosa crisis humanitaria. 

El aluvión de bombas israelíes cae sin cesar de forma indiscriminada y feroz, causando víctimas entre el personal sanitario, los periodistas y los trabajadores humanitarios de la ONU. Hasta los bebés prematuros en las incubadoras no se han salvado. El nivel de asolación y devastación es inimaginable: todas las zonas urbanas, infraestructuras y hospitales reducidos a escombros; ambulancias, escuelas, mezquitas e iglesias de gran valor arquitectónico e histórico convertidos en cenizas.

Ante esta tesitura desgarradora, se han estancado nuestras vidas. Se está gestando un nuevo trauma en nuestra memoria colectiva, que se añade a otros tantos que llevamos acumulando desde 1948. La particularidad de esta situación es que el pueblo palestino parece estar atrapado en un ciclo interminable de crisis. La diferencia entre aquellos que han sufrido un estrés postráumatico y los palestinos, es que estos últimos apenas tienen tiempo para asomarse a la fase post-traumática, para la sanación y la reconstrucción, sino que se hallan inmersos en una sucesión constante de experiencias extremas. Es una crónica penosa que va a dejar una profunda herida no solo en nuestra alma, sino también en la conciencia de la comunidad internacional.

Los habitantes de Palestina no son exclusivamente musulmanes. Aunque mayoritarios, también hay mujeres y hombres que profesan el cristianismo, el judaísmo, otras religiones y, también, personas con creencias no religiosas. Otro tanto sucede en el lado israelí. También, salvo extremistas radicales, existen muchos espacios de convivencia y diálogo interreligioso, incluso familias fruto de matrimonios mixtos. Si la inmensa mayoría de la población puede convivir en paz, ¿qué consideras que dirige los discursos del odio por ambas partes del conflicto?

Efectivamente, Palestina es un crisol de identidades. Tenemos muchos ejemplos de paz y de unidad entre los diferentes componentes culturales que configuran la identidad palestina, especialmente entre musulmanes y cristianos. Podemos presumir de un modelo de convivencia exitoso, que también está abierto a la población judía, pero que lamentablemente se ha visto diezmado tras la creación del estado israelí en 1948.

El discurso político y cultural de los palestinos es meramente anticolonialista. Defiende su derecho a la libertad y a la autodeterminación, enfocándose en la justicia y la resistencia legítima, sin enredarse en las miradas despectivas hacia ninguna comunidad en particular. Los discursos intolerantes de grupos como el ISIS, por ejemplo, no tienen cabida en la sociedad palestina. De hecho, hubo un intento de infiltración dentro de Gaza y Cisjordania, pero fue abortado y encontró una respuesta de rechazo muy firme y unánime a nivel político y social.

Las raíces del conflicto en Oriente Próximo residen en dos hechos principales, que son el telón de fondo que nutre el discurso del odio. Por una parte, está la ocupación israelí del territorio palestino y, por otra, la tradición cultural y religiosa que da soporte ideológico a esta ocupación. A mi entender, este puede considerarse como una causa estructural que orienta el conflicto y que no hace más que perpetuarlo.

Se sabe que la narrativa israelí se basa mayoritariamente en pretextos teológicos y en un nacionalismo extremadamente radical, parafraseando al ex decano de la facultad de teología de la Universidad de Deusto, Rafael Aguirre.

A lo largo de los años, se ha articulado una mentalidad sionista arraigada en la idea de la exclusividad territorial y obcecada en erigir murallas que separan a las diferentes poblaciones. No quiero ser pesimista, pero los que ostentan esta visión aún no están preparados para visualizar al palestino como identidad soberana o como un sujeto legítimo que tiene derecho a la existencia en su tierra.

Muchas voces israelíes críticas con Netanyahu y su Gobierno llevan años denunciando el galopante deterioro social en Israel tras el asesinato de Isaac Rabin en 1995 a manos de un extremista judío —Yigal Amir— contrario a la paz refrendada entre Palestina e Israel (Acuerdos de Oslo, 13/09/1993, entre Israel —Rabin— y la OLP —Arafat—). Desde entonces, se ha producido un debilitamiento tanto de los moderados palestinos como de los israelíes y un fortalecimiento de los fanatismos en ambos lados, haciendo que la narrativa política se haya mantenido inamovible. ¿Crees que será posible algún día encontrar interlocutores de talla que trabajen con un real deseo de construir la paz en Tierra Santa?

Es cierto, como reconocimiento a sus esfuerzos por el diálogo, a Rabin y a Arafat se les otorgó el Premio Nobel de la Paz y el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. El primero fue asesinado por un extremista judío y el segundo vivió la última etapa de su vida cercado y confinado en su residencia de Ramallah, bajo arresto domiciliario decretado por Ariel Sharón, ex jefe del gobierno israelí.

Creo que tiene que haber otros interlocutores de renombre capaces de sentarse en la mesa de las negociaciones y buscar una paz justa y duradera en Tierra Santa, si bien en estos momentos de tempestad me resulta difícil poder visualizarlos. 

La sociedad palestina en general y sus representantes en particular (políticos, académicos, escritores, poetas, etc.) han demostrado que, a pesar de la adversidad que afrontan, tienen un compromiso notable a favor de la paz y del diálogo. De hecho, tras los Acuerdos de Oslo de 1993, Palestina reconoció el estado israelí, pero este último no lo ha hecho. Los palestinos sostienen que su lucha por la libertad debe llevarse a cabo con el fin de suprimir la conculcación de los derechos humanos y crear un estado independiente, no como una expresión de animadversión hacia el judaísmo como religión.

Hay voces disidentes que emergen cada vez más dentro de la comunidad judía, que cuestionan el estado israelí y su política de segregación racial. Desafortunadamente estas figuras no ostentan gran poder político, pero son activistas, periodistas e intelectuales respetables y nada desdeñables.

El papel de la comunidad internacional y la sociedad civil es crucial en este sentido. Su intervención y acción pueden desempeñar un papel significativo y poner fin a la espiral de violencia. El desafío radica en nuestra capacidad de desmantelar las estructuras y las visiones que sostienen la ocupación y el conflicto. Creo que este es el objetivo que tenemos que alcanzar en estos momentos.

Se suele hablar de la solución basada en “dos estados” como fórmula única para la paz en la zona. No puedo evitar expresar mis dudas al respecto. La mentalidad sionista que está en el poder, de la que hablé anteriormente, no puede contemplar ni concebir esta fórmula, dado que choca diametralmente con su visión exclusivista y colonialista. Creo que la alternativa más adecuada sería, me atrevo a decir, un estado único palestino, soberano, democrático, pluricultural y de derecho, en el que se garantiza la libertad de culto y se respetan los vínculos históricos y espirituales que tienen todas las comunidades con esta tierra, la comunidad judía inclusive. Un estado que asegura la estabilidad regional y mantenga una relación de cooperación y de diálogo sincero y productivo con Europa. Esta es una propuesta audaz, pero creo que es digna de ser tomada en consideración.

Demasiados intereses —mayoritariamente económicos y geoestratégicos— mueven los hilos de los conflictos armados. Palestina no es una excepción. Se maquillan con tintes histórico-religiosos y envuelven a las poblaciones afectadas en complicadas telarañas afectivas, identitarias y espirituales. ¿Cómo podemos identificar, denunciar y protegernos de estas manipulaciones?

Vivimos en una época de mucha incertidumbre, de crisis a gran escala, de confusión identitaria, de discriminaciones, etc. Todo ello aumenta nuestra vulnerabilidad ante los discursos exacerbados y propagandísticos. De hecho, estamos siendo sometidos y sometidas a una campaña hostil de desinformación, que requiere fortalecer nuestra capacidad de discernimiento y diversificar nuestras fuentes.

Creo que las estrategias de identificar las manipulaciones y de protegernos de ellas consisten en dos elementos cruciales: primero tenemos que desarrollar un conocimiento específico sobre el contexto histórico en el que surgen los conflictos, como el palestino-israelí. Segundo, desarrollar el pensamiento crítico. Es esencial verificar y revisar constantemente la credibilidad de las fuentes que consumimos. La credibilidad para mí consiste demostrar coherencia entre lo que uno dice y lo que realmente hace. Todo ello nos ayudará para enriquecer nuestras perspectivas y no caer en las interpretaciones sesgadas.

¿Qué recomendarías a las y los Alumni de la Universidad de Deusto para acercarse de forma crítica a estas situaciones incomprensibles y tratar de contribuir a la consecución de la defensa de los derechos humanos, la promoción de la justicia y el diálogo cultural e interreligioso?

Lo que está aconteciendo en Gaza pone a prueba nuestra capacidad colectiva de defender los ideales y los valores en los que creemos. La inacción y la pasividad ante este drama pone en riesgo todo el sistema de principios éticos que hemos elaborado como sociedad. Es un imperativo ético convertir nuestros discursos sobre los derechos humanos en hechos concretos. En caso contrario, todo será una retórica hueca.

Gracias Hithem por compartir tus reflexiones con Deusto Alumni Time. Para terminar, deseando que la paz se consiga cuanto antes, ¿algo que quieras añadir?

Quería agradecer a Deusto Alumni Time, a sus gestoras y gestores, por dar voz y espacio a nuestros puntos de vista.

Desear Felices Fiestas Navideñas a todas y todos. Esperemos que las próximas se celebren en Belén y Gaza en paz, justicia y fraternidad.


Fotografías: Archivo personal de Hithem Abdulhaleem, y encabezado, extraída de poesiaarabe.com

BIOGRAFÍA

Hithem Abdulhaleem Lubbadeh, palestino-jordano afincado en Euskadi desde hace 25 años, se doctora en Psicología por la Universidad de Deusto, con la tesis Evaluación Psicosocial del Fundamentalismo y el Neofundamentalismo Religioso: Estudio Empírico Sobre el Neofundamentalismo Islámico (El Caso del País Vasco). En 2006 realiza el programa Experto en Psicoterapia Transcultural e Intervención Psicológica en la Asociación Española de Estudios Migratorios y Psicoterapia Transcultural, Madrid. Habla Árabe clásico (nativo), castellano e inglés.

Experiencia profesional

En el ámbito educativo:

Ha sido profesor colaborador en la Universidad de Deusto, Campus de Bilbao y San Sebastián entre 2006 y 2023, impartiendo las materias “Transiciones vitales en contexto migratorio: perspectiva transcultural"; “Inclusión social: Nuevos enfoques y paradigmas de intervención”; “Psicología transcultural: Una herramienta para el entendimiento entre culturas”; “Fenomenología y psicología transcultural”; “Pensamiento islámico contemporáneo” y “Fundamentalismo y neofundamentalismo religioso”. Durante este tiempo, también ha sido tutor y codirector de dos Tesinas sobre los procesos aculturativos y sobre el feminismo islámico presentadas como Trabajo de Fin de Máster (TFM) en el Máster de Psicología e Intervención Social y miembro del Tribunal de Evaluación de Trabajos de Fin de Máster.

En este mismo periodo ha sido formador en diferentes fundaciones y organizaciones dependientes de la Diputación Foral de Gipuzkoa y de Bizkaia y ha dado asesoramiento psicológico individual y grupal dirigido a población extranjera, familias refugiadas y a MENAs. Ha participado en la identificación de necesidades formativas, diseño y ejecución de los planes de formación (jornadas y talleres), dirigidos tanto a usuarios/as extranjeros/as como a los profesionales de esas organizaciones.

De 2012 a 2015, ha sido Profesor colaborador en la Universidad del País Vasco (Aulas de la Experiencia de Bizkaia), impartiendo las materias “Pensamiento islámico contemporáneo”; “Cultura y patrimonios de humanidad del mundo árabe: El arte como herramienta de diálogo”.

En colaboración con el Instituto de Reintegración Social de Euskadi (irse.ebi) y la Diputación Foral de Gipuzkoa ha sido supervisor de equipos educativos que atienden a menores y colectivos vulnerables (2020-2022).

En el ámbito de la psicología:

Ha trabajado como Psicólogo Transcultural y Psicólogo Social en diferentes entidades locales y nacionales, desde 2001 al 2023.

En el ámbito institucional:

Ha sido miembro del grupo de expertos/as encargado de elaborar para el Gobierno Vasco el Informe sobre la Gestión de la Diversidad Cultural y Religiosa (2015-2016), de la Comisión de Expertos/as de la Dirección de Inmigración del Gobierno Vasco encargada de elaborar el texto del “Pacto Social por la Inmigración” (2011-2012) y del Comité de Bioética en Intervención Social de Bizkaia (CEIS), dependiente de la Diputación Foral de Bizkaia (2010-2014).

A partir de 2007 y hasta la actualidad es el Director de la ONG Centro de Psicoterapia Transcultural, Formación y Estudios para el Diálogo y la Convivencia “BIDEKO” (Bilbao).

Desde 1998 son múltiples las conferencias que ha impartido y los cursos y coloquios en los que ha participado como ponente, contando además con la publicación de obras científicas y artículos de opinión y la participación en entrevistas de televisión y cadenas de radio tanto nacionales como árabes.


No comments: