Se quedó entre mis dedos...
Se adhirió a la palma de mi mano, se fundió en su dorso...
Hizo su viaje postrero en brazos del amor de sus últimos quince años.
Junto a su hermana, su cuñado y su sobrino comparten un rincón del entorno sereno y bucólico que rodea a Santa María de Cuevas, en la Viana que los vió nacer. "Muy noble, muy ilustre y muy leal ciudad de Viana", le gustaba decir.
Cuando espolvoreamos su historia, sus historias, junto a la ermita, él quiso darme un último apretón de manos.
Se quedó entre mis dedos...
Viana, 24 de mayo de 2008.