[Esta entrada ha sido publicada en la revista LAR #4 Invierno 2024, sección Melodías, p. 8, y en la web el 20 de diciembre de 2024. Castellano / Català]
El primer signo de civilización
Cuando nos sentimos fuertes, con salud, en un entorno seguro y rodeados de personas que nos inspiran confianza a menudo olvidamos lo frágiles que somos. Este olvido, además, es inversamente proporcional a nuestra edad. Podemos encontrarnos con nuestra vulnerabilidad de forma inesperada. Una catástrofe natural, un accidente, una enfermedad, la súbita muerte de alguna persona cercana, la pérdida del trabajo, para demasiadas personas la guerra..., o plácidamente cuando poco a poco nos acercamos al final de nuestro camino. ¿Habrá alguien que no necesite cuidados en algún momento de su vida?
La antropóloga estadounidense Margaret Mead consideraba que el primer signo de civilización en una cultura antigua fue cuando se descubrió un fémur fracturado que apareció sanado. En el reino animal, si te rompes una pierna, mueres. No puedes buscar comida o agua ni huir del peligro, siendo presa fácil para los animales salvajes. Y ningún animal con una extremidad motriz rota sobrevive lo suficiente para que el hueso se suelde por sí solo. De modo que un fémur roto curado evidencia que alguien se quedó con quien se lo rompió, y le vendó e inmovilizó la fractura. Es decir, lo cuidó.
Cuidar es algo inherente al ser humano. E implica acercamiento, comunicación, es decir escucha y entendimiento de las necesidades más allá de las palabras, atención a los gestos, actitudes y silencios. No impone, sino que acompaña y asiste en lo físico, en lo emocional, espiritual y social.
La carga del cuidado no profesional, por tanto ni remunerado ni reconocido, todavía recae principalmente en las mujeres y las niñas, mostrando una distribución de responsabilidades nada equitativa y que, además, vulnera sus derechos humanos. Y en el ámbito profesional se mantiene este desequilibrio numérico...
Todo parece indicar que en los últimos años está habiendo un notable incremento de la concienciación y de la participación ciudadana en cuestiones relacionadas con el cuidado. De personas, el medio ambiente, la economía sostenible, nuestra propia supervivencia, la reacción ante catástrofes... Aunque las noticias se obstinan en mostrar únicamente los aspectos negativos del lado más oscuro de nuestro planeta, me viene en mente lo que le contestó Jesús al maestro de la ley tras contarle el episodio del samaritano: “¿Cuál de estos tres te parece que ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos?». Él dijo: «El que practicó la misericordia con él». Jesús le dijo: «Anda y haz tú lo mismo». (Lc 10:36-37)
Tema musical:
Pedro Guerra, Jorge Drexler: Cuídame (Directo Libertad 8)