Hace un tiempo, cuando cursaba el MBA, un profesor, ingeniero originariamente y psicólogo tardío, impartía un curso sobre comunicación.
Entre muchas de las cosas interesantes que dijo, me hizo caer en la cuenta de que cada vez que hay una conversación entre dos personas que se adentra más allá de la superficialidad cotidiana, en realidad se mantienen simultáneamente tres discursos: tú y yo - yo y tú (1), tú contigo (2) y yo conmigo (3).
Las conversaciones 2 y 3 parecen no existir... Pero a nada que nos fijemos, comprobaremos que muchas veces incluímos en la conversación 1 elementos elaborados en la 2 y la 3... No sólo... ¡Cuántas veces la conversación 1 se desvirtúa por las interferencias de la 2 o de la 3... O de ambas...
Decía el zorro al Principito (en realidad Antoine de Saint-Exupéry. Cap. XXI): "Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca..."
En este siglo de telecomunicaciones, Twitters, chats, WhatsApps, WiFis, Lans, y demás... se podría decir que se mantienen más de 3 conversaciones a la vez (y estoy hablando de una interacción entre dos interlocutores, no de las múltiples que elevan todo esto a la enésima potencia...): lo que yo digo, lo que me dicen, lo que yo me digo que me dicen, lo que mi interlocutor se dice que le digo, lo que yo le querría decir pero que como lo escribo se lo digo a una pantalla, su contraparte del lado de mi interlocutor, etc.
Y, finalmente, lo que yo me quedo, interpreto, creo entender de lo que me llega (que no es poco) y que, tantas veces, está tan lejos de lo que el emisor ha querido decirme de verdad que es como si ambos ocupásemos los extremos más opuestos y distantes del universo...
"Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca..."
1 comment:
Madre mía, pues como para entenderse,¿no?... Bueno, ¡habrá que intentarlo al menos!
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