Tuesday, November 15, 2022

No mezclar churros con meninas


Foto de
Lucas Calloch en Unsplash

 

[He publicado esta entrada en el Blog de Inteligencia Emocional de EiTB el 15.11.2022]

Me contaba recientemente un amigo que una profesora de literatura que tuvimos se encontró con él y no podía parar de reír mientras intentaba repetirle algo que había oído en un programa de televisión: la lindeza que encabeza estas líneas.

Lo primero que conviene hacer es no confundir la locución transcrita con la original de la que se deriva y que hace referencia a dos tipos distintos de ovejas de la península ibérica: churras, de exquisita carne y rica leche, pero cuya lana no sirve para mucho, y merinas, con el cuerpo, la cabeza y las extremidades cubiertas por una lana muy fina, corta y rizada, pero cuya carne y leche no son tan sabrosas.

Por otra parte, y ciertamente, no hay que mezclarlos. Básicamente porque los churros son una pasta frita de harina, agua y sal que suele tomarse con chocolate caliente o café con leche —bien para desayunar o merendar— y meninas son las niñas de familia noble que entraban en palacio para servir a la reina o a sus hijos, como las dos que dan nombre al famoso óleo sobre lienzo de 1656 pintado por Diego Velázquez.

Hablando de lienzos, tampoco es recomendable mezclar sopa de tomate, puré de patata, tartas o pegamento con famosos óleos o figuras de cera, lanzándolos a sus vidrios protectores, o adhiriendo las manos a los marcos respectivos o a las paredes de los que cuelgan, por muy loable que sea la causa esgrimida para hacerlo.

Según los datos que he podido recabar, desde el pasado mes de mayo se han perpetrado distintos actos vandálicos —que, sin embargo, no han dañado las obras— en museos europeos y australianos, con el ánimo de llamar la atención de la opinión pública contra el cambio climático y el escaso cumplimiento por parte de los gobiernos del planeta de los compromisos firmados.

Foto de Tobias Rademacher en Unsplash

- Un visitante ha lanzado lo que parece ser una tarta contra el cuadro La Gioconda de Leonardo da Vinci, Museo del Louvre, París (29/05).

- Dos activistas pegaron sus manos con pegamento instantáneo al cristal que protege el cuadro La Primavera de Sandro Botticelli en la sala de la Galería de los Uffizi, Florencia (22/07).

- Dos activistas rocían con sopa de tomate el cristal protector de Los Girasoles de Van Gogh en la National Gallery de Londres (14/10), o con puré de patatas sobre el vidrio de una obra perteneciente a la serie Les Meules (Los Almiares) de Claude Monet en el Museo Barberini de Potsdam, Berlín (23/10). Al día siguiente, dos activistas lanzan sendas tartas a la figura de cera del rey Carlos III en el museo Madame Tussauds, Londres. Otros dos atacan el cuadro La joven de la perla, de Johannes Vermeer en la Galería Mauritshuis, La Haya (27/10).

- Asimismo, militantes ecologistas pegaron sus manos al marco de dos pinturas de Goya (La maja desnuda y La maja vestida) en el Museo del Prado de Madrid (5/11) o sobre las protecciones de la célebre serigrafía Campbell’s Soup de Andy Warhol, expuesta en la Galería Nacional de Australia en Canberra (9/11).

Las reacciones posteriores, crispadas y enfrentadas, alentadas por los medios de comunicación y las redes sociales, han conseguido asentar las posiciones de defensores y detractores.

Aunque el 9 de noviembre el Comité Nacional alemán del ICOM (International Council of Museums) junto con 92 museos internacionales lanzó un breve comunicado (Goldstein, 2022) contra estas agresiones, dos días después el propio Consejo Internacional de Museos (ICOM), en nombre de todos sus asociados, emitió otro interpelando a los ecologistas, a la opinión pública y a la COP27 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático) —Museos y activismo climático (ICOM, 2022)—, declarando que “desea reconocer y compartir tanto las preocupaciones expresadas por los museos respecto a la seguridad de las colecciones como las de los activistas climáticos, ya que nos enfrentamos a una catástrofe medioambiental que amenaza la vida en la Tierra. El ICOM considera que la elección de los museos como escenario de estas protestas es un testimonio de su poder simbólico y su relevancia en los debates en torno a la emergencia climática”.

Asimismo, “el ICOM desea que los museos sean vistos como aliados para hacer frente a la amenaza común del cambio climático, recuerda la necesidad de actuar con decisión para reducir las emisiones de carbono y mitigar el calentamiento global y nos anima a dar un paso adelante por nuestro planeta de forma colectiva y unida, ya que no hay solución climática sin transformar nuestro mundo”.

Lejos de entrar en una batalla dialéctica con las ONG y asociaciones ecologistas, el ICOM da una lección de comunicación asertiva. La asertividad no es solamente decir lo que pensamos. Es comprender nuestras necesidades, reconocer y controlar nuestras emociones y, finalmente, tratar de conectar empáticamente con los demás. El ICOM ha aplicado la técnica del obsenepe (Duque, 2019):

[Ob]servar (sin juicios): Ve las agresiones, pero también que no ha habido daños irreversibles. Observa que estas acciones provocativas han atraído la atención internacional hacia la lucha contra el cambio climático. Observa el poder simbólico y el protagonismo de los museos en los debates climáticos.

[Se]ntir (identificar los sentimientos provocados por lo observado): Siente incomodidad y preocupación por lo sucedido en los museos y por la forma de reivindicación utilizada, pero también siente incomodidad y preocupación por la situación climática del planeta.

Identificar [ne]cesidad(es) [no satisfecha(s)]: (...) nos enfrentamos a una catástrofe medioambiental que amenaza la vida en la Tierra (...) No hay solución climática sin transformar nuestro mundo.

Formular una [pe]tición (expresar con claridad lo que se espera): Que los museos sean vistos como aliados en la lucha contra el cambio climático y que actuemos de forma colectiva y unida.

Ciertamente, no hay que mezclar churras con merinas. No es conveniente poner en el mismo plano fondo y forma, sino encararlos de forma diferenciada. Y procurar, en la medida de lo posible, aunar fuerzas para solucionar problemas comunes.

Foto de Birmingham Museums Trust en Unsplash

 

Bibliografía

Centro Virtual Cervantes. No hay que mezclar churras con merinas. Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/lengua/refranero/Ficha.aspx?Par=59214&Lng=0

Duque, Juan Carlos (2019, 21 de enero). Disonancias. Recuperado de: https://blogs.eitb.eus/inteligenciaemocional/2019/01/21/disonancias/

Goldstein, Caroline (2022, 9 de noviembre). ‘We Have Been Deeply Shaken’: 92 Museum Leaders Release Statement Addressing Climate Actions That Target Works of Art. Recuperado de: https://news.artnet.com/art-world/icom-statement-museum-climate-action-vandalism-2207520

ICOM (2022, 11 de noviembre) Comunicado: Museos y activismo climático. Recuperado de: https://icom.museum/es/news/declaracion-museos-y-activismo-climatico/

 



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